No se conoce con exactitud los orígenes de este método ancestral, aunque se le considera una ciencia divina de la vida transmitida entre generaciones de yoguis y maestros hindús habituados a meditar durante varias horas al día. Cuenta la tradición, que el fundador inicial del yoga fue el dios Shiva, el Señor de la Danza, quien se simboliza en los libros budistas con un pie alzado en el aire; cuenta la leyenda, que cuando Shiva apoye el pie, el mundo dejara de existir tal y como es en el presente.
En los últimos años, la medicina ha empezado a prestar atención a los efectos beneficiosos del yoga a través de investigaciones realizadas por los propios facultativos. Son múltiples los beneficios de practicar yoga en edades tardías y en la Tercera Edad, tanto mentales como físicas:
- La práctica regular de las asanas pueden atenuar dolencias como la fatiga crónica, la artritis, el asma, las afecciones cardíacas, las venas varicosas, el asma y la arteriosclerosis.
- El yoga produce efectos en nuestro organismo tales como una mayor capacidad pulmonar y respiratoria, reducción de peso del practicante, mayor capacidad a la hora de tratar situaciones estresantes y disminución de los índices de colesterol y azúcar.
- Aprendemos a respirar mejor, algo que nos proporciona mayor energía y paz interior, además de proporcionar el oxígeno adecuado a nuestros órganos vitales.
- Ayuda a descansar y dormir mejor; el yoga es muy apto y recomendable para personas que sufren de insomnio.
- Eleva las capacidades intelectuales y cerebrales, te ayuda a tomar decisiones y resolver problemas con mayor facilidad.
- Aumenta tu autoestima, combate la depresión y te hace ver la vida de una forma alegre y optimista.
- Ralentiza el envejecimiento, controlando los procesos metabólicos y los estados de estrés.
- Mejora la flexibilidad en músculos y articulaciones, además de ganar fuerza y reflejos.
Cualquier persona puede practicar yoga, tan solo es necesario un pequeño espacio y ganas de vivir una vida más sana.
Al practicar yoga y simplemente presionarme y flexionarme, dejo de rebotar contra el mundo buscando explicaciones para todo y una explicación total. ¡Me simplifico! ¡Me dejo en paz! (Robert Rodriguez Nogueira, Antigurina)
Por Javier Santana @santanacabra Social Media Manager y Blogger en @Supergraphic360