La llamada Edad Psicológica:
Algunas veces escuchamos que no importa estar viejo si nos sentimos jóvenes. Y es que efectivamente, la edad cronológica y la edad biológica no van agarradas de la mano con la edad psicológica, y no se trata de negar que hemos llegado a viejos, sino la manera psicológica como vamos a vivir esa última etapa de la vida. De allí que personas que apenas rondan los 60 años de dad se sientan, perciban y actúen como si fueran unos seres a quienes la vida ya se les fue, mientras que vemos a otros que superan los 80 años de edad y se mantienen haciendo deportes, participando en actividades sociales, sonriendo y agradeciendo a la vida. A esto se le ha denominado la Edad Psicológica, siendo determinante en la adaptación de la persona en su vejez. Esta va a ser producto de sus experiencias, estilo de vida, su flexibilidad ante el entorno con sentido holístico de mente, cuerpo y espíritu.
Una vez alcanzada la vejez hay que seguir intelectualmente activos, seguir con la intención y el entusiasmo de aprender cosas nuevas. Seguir encontrando una razón de vivir, que por supuesto va a ser distinta a las razones que visualizábamos y sentíamos en las etapas previas.